Los síntomas de la prostatitis crónica suelen ser leves y el tratamiento no se realiza en la etapa inicial. Sin embargo, el problema puede solucionarse si se lo toma en serio.
Lo que es
Muchos pacientes aprenden qué es la prostatitis crónica cuando visitan al médico por un motivo completamente diferente. Mientras tanto, esta enfermedad es muy peligrosa y es un proceso inflamatorio a largo plazo que ocurre en la glándula prostática. Si no se trata, pueden producirse complicaciones graves: impotencia, infertilidad, vesiculitis, quistes de próstata, adenomas y cáncer de próstata.
Hay varias formas de la enfermedad:
prostatitis bacteriana aguda, causada por la penetración de patógenos infecciosos en la glándula prostática. Caracterizado por dolor típico en la parte baja del abdomen y al orinar;
prostatitis bacteriana crónica, que, junto con el cuadro clínico de la forma aguda de la patología, se acompaña de la presencia de bacterias y un mayor nivel de leucocitos en la orina y las secreciones de la próstata;
prostatitis crónica, que es consecuencia de una forma bacteriana previa de la enfermedad con un tratamiento ineficaz o su ausencia;
Prostatitis inflamatoria asintomática, caracterizada por la ausencia de síntomas, pero que se manifiesta durante los métodos de diagnóstico de laboratorio.
Más del 90% de los casos de la enfermedad son prostatitis crónica no bacteriana, que es asintomática, lo que provoca un retraso en el tratamiento.
¿Es posible curar?
El diagnóstico en sí indica que la enfermedad ha estado progresando en el cuerpo durante mucho tiempo. A menudo es difícil para los hombres acudir al médico por un problema tan urgente hasta que la situación se vuelve crítica. Mientras tanto, cuanto antes un hombre busque ayuda médica (ante los primeros signos de mala salud), más eficaz será el tratamiento y mayor será la probabilidad de deshacerse por completo de la enfermedad. En su forma avanzada, la prostatitis crónica es casi imposible de curar, pero con una terapia adecuada y regular, los síntomas serán menos pronunciados. Por eso es tan importante la consulta oportuna con un médico.
Causas
La enfermedad se presenta en hombres de entre 20 y 50 años y depende de una serie de requisitos previos:
Patógenos infecciosos. Entran en la próstata de varias maneras:
ascendente (a lo largo de la uretra);
descendente (a través de orina infectada);
linfógeno (a través de canales linfáticos);
hematógeno (a través de la sangre).
Ejemplos de microflora patógena que provocan la forma bacteriana de prostatitis son estafilococos, Escherichia coli, enterococos, Proteus, patógenos de naturaleza viral, fúngica, parasitaria, así como clamidia, gonococos, gardnerella y otros.
Alteración de la circulación sanguínea normal en los órganos pélvicos. Esto puede deberse a un estilo de vida sedentario, trabajo sedentario (conductores, oficinistas) y mala nutrición. Como resultado, se produce congestión e hinchazón en los tejidos de la glándula prostática y se observa una expulsión incompleta de secreciones de la cavidad del órgano. Todo esto conduce a una disfunción parcial o completa de la glándula.
Abstinencia sexual prolongada o práctica de relaciones sexuales interrumpidas. Estas acciones también provocan procesos inflamatorios en la próstata.
Enfermedades acompañantes. En primer lugar, se trata de patologías de naturaleza urológica: cistitis, uretritis, pielonefritis, prostatitis aguda no tratada. Sin embargo, la causa de la prostatitis crónica también pueden ser otras enfermedades: bronquitis crónica, neumonía, sinusitis, etc.
Estancia frecuente y prolongada en el frío, en condiciones de alta temperatura ambiente o alta humedad, estrés psicoemocional constante.
Síntomas
El cuadro clínico de la prostatitis crónica se expresa mal en la etapa inicial. Un hombre, por regla general, no siente ninguna molestia o no presta atención a la aparición de signos de la enfermedad, si no interfieren con su estilo de vida normal. Con el tiempo, el estado general empeora y se acompaña de los siguientes síntomas:
La aparición de dolor en el perineo, genitales, ingle. El dolor puede ser débil, doloroso o bastante intenso al orinar, defecar, después de las relaciones sexuales y durante la eyaculación. A menudo, el síndrome de dolor se propaga al sacro, el ano, el escroto y los testículos.
Alteraciones al orinar y defecar. En el primer caso, el proceso se caracteriza por impulsos frecuentes y dolorosos y ardor en la uretra. Se observa la presencia de formaciones filiformes en la orina. Durante la defecación, es posible que se produzca secreción de la uretra, lo que indica un tono insuficiente de la próstata.
Trastornos de la función sexual. En los hombres que padecen prostatitis crónica, se observa disminución de la libido, erección inestable o su ausencia, dolor durante y después de las relaciones sexuales, hemospermia e infertilidad.
Falta de sueño, irritabilidad, aumento del nerviosismo, fatiga, depresión.
Aumento de la temperatura corporal. Puede observarse durante una exacerbación de la enfermedad y tener pequeñas desviaciones de la norma.
Es posible que los síntomas no aparezcan todos a la vez, pero pueden ser constantes.
Diagnóstico
Los estudios de diagnóstico permiten refutar o confirmar un diagnóstico presuntivo, determinar qué tipo de enfermedad es y qué tan posible es curarla.
Los principales procedimientos de diagnóstico son:
análisis general de orina;
análisis de la secreción de próstata para detectar la presencia/ausencia de microflora patógena, así como para determinar desviaciones de los parámetros fisiológicos de los valores normales (aumento del número de leucocitos, etc. );
cultivo bacteriológico de orina y frotis de uretra;
una muestra de orina de tres vasos para determinar el área de localización de la inflamación;
análisis para identificar patógenos de infecciones del tracto genital;
Ultrasonido de la próstata;
estudio de datos de espermograma, prueba MAR (para anomalías reproductivas);
exámenes urodinámicos y endoscópicos;
determinación del antígeno prostático específico (PSA).
Tratamiento de la prostatitis crónica.
La respuesta a la pregunta de cómo tratar la prostatitis crónica depende de la gravedad de la patología y su tipo. La enfermedad requiere un enfoque integrado para su eliminación o alivio estable de los síntomas.
Tratamiento farmacológico
Implica tomar medicamentos de los siguientes grupos:
Antibióticos, que necesariamente se prescriben al diagnosticar una forma bacteriana de patología. Sin embargo, dicha terapia también puede estar indicada para la prostatitis crónica no bacteriana si se observa un efecto positivo persistente. Los medicamentos del grupo de las penicilinas, cefalosporinas, tetraciclinas, aminoglucósidos y fluoroquinolonas se toman estrictamente de acuerdo con las instrucciones del médico durante al menos dos semanas.
Antiespasmódicos que ayudan a eliminar los espasmos dolorosos en el perineo.
Antiinflamatorios, analgésicos.
Los bloqueadores alfa1 se utilizan para reducir la hipertonicidad de la próstata y normalizar la motilidad.
Medicamentos inmunoestimulantes.
El régimen de medicación se selecciona individualmente de acuerdo con las características del diagnóstico y la intolerancia a los medicamentos individuales (si están presentes).
Tratamiento no farmacológico
En este caso, el efecto positivo de la terapia se logra mediante la influencia física de diferente naturaleza en el área enferma. A los pacientes se les puede recetar:
Masaje de próstata. Activa la expulsión total de secreciones de la próstata, mejora la circulación sanguínea y normaliza el tono del órgano. El masaje junto con antibióticos es especialmente eficaz para tratar la prostatitis crónica bacteriana. Sin embargo, existen contraindicaciones para su uso si al paciente se le diagnostica:
prostatitis bacteriana aguda;
enfermedades concomitantes de las gónadas (vesiculitis, cooperitis);
la presencia de cálculos en la próstata;
quistes de próstata;
HPB;
cáncer de un órgano o sospecha del mismo;
absceso de próstata;
hemorroides, fisuras rectales y otros trastornos.
Electroforesis. El procedimiento de fisioterapia implica el efecto terapéutico sobre el área patológica con una pequeña corriente eléctrica (no más de 50 μA). De esta forma se estimulan las reacciones de recuperación, se alivia el dolor y se optimiza el flujo sanguíneo en los tejidos de la glándula. La electroforesis promueve la penetración profunda de los antibióticos en las estructuras de la próstata, aumentando así la eficacia de su acción.
Ultrasonido. El método se usa ampliamente en el tratamiento de la prostatitis crónica, ya que tiene un efecto antiinflamatorio pronunciado, restaura la función sexual y suprime el dolor. Los tumores de próstata se tratan con éxito mediante ecografía.
La ultrafonoforesis es el uso de terapia de ultrasonido junto con medicamentos. Este método permite que los fármacos penetren en las capas profundas del órgano afectado y actúen allí de forma más eficaz.
Magnetoterapia. El procedimiento de fisioterapia tiene un efecto reparador integral sobre el sistema genitourinario, mejora los procesos metabólicos y la neurogeneración.
Magnetoterapia con láser. La exposición al láser también trata eficazmente las manifestaciones de la enfermedad, eliminando el riesgo de posibles complicaciones.
La inductometría es la exposición a un campo magnético alterno de alta frecuencia.
Instilaciones en la uretra, fangoterapia, enemas terapéuticos, baños calientes.
La fisioterapia junto con el tratamiento farmacológico permite obtener un efecto terapéutico duradero y, en la mayoría de los casos, vencer por completo la enfermedad en la etapa inicial.
Intervención quirúrgica
Indicado en los casos en los que es imposible ayudar al paciente con otros métodos.
La prostatectomía es la extirpación parcial o completa de la glándula prostática manteniendo la función eréctil.
La resección transuretral (RTU) es una operación para extirpar o eliminar el tejido glandular demasiado crecido. Recetado para adenoma o cáncer de próstata.
Cirugía laser. La operación consiste en extirpar el tejido del órgano afectado mediante un rayo láser. En este caso, los vasos sanguíneos se "sellan", eliminando el sangrado.
Drenaje de absceso prostático. Esta cirugía permite extraer pus de la cavidad de la glándula mediante un drenaje de goma que se inserta a través del perineo o el recto cortando el tejido de la piel.
Incisión transuretral de la próstata. La cirugía consiste en realizar varios cortes en la próstata para aliviar la presión del órgano afectado sobre la uretra y restablecer la micción.
Después de la intervención quirúrgica, el paciente requiere rehabilitación, cuyo intervalo de tiempo, dependiendo del tipo de cirugía realizada, oscila entre 2-3 días y varios meses.
Remedios caseros
Los remedios a base de hierbas también son medicamentos eficaces en el tratamiento complejo de la prostatitis crónica. Para estos fines se utilizan tinturas, decocciones, mezclas de alimentos o ungüentos, que incluyen:
semillas de calabaza;
corteza de álamo temblón;
hojas y corteza de avellano;
cáscaras de castaña;
perejil;
miel, propóleo;
Kalanchoe, etc
El uso regular de hierbas medicinales ayuda a eliminar los síntomas desagradables, restaurar las funciones deterioradas y tener un efecto preventivo a largo plazo.
La prostatitis crónica es una enfermedad a la que conviene prestar atención ante los primeros signos para eliminar complicaciones peligrosas y curarla a tiempo.